Mucha veces tenemos dudas acerca de si usar o no lenguaje inclusivo. ¿Sirve realmente de algo?, ¿estamos arruinando o «deformando» el lenguaje?

Aquí les dejamos un aporte para seguir pensando en esta cuestión.

Cuando hablamos, pero sobre todo cuando escribimos, utilizar el masculino como genérico invisibiliza a la mujer. Y si bien la lucha por la igualdad debe darse en muchos ámbitos de la vida social, ¿por qué no hacer también el esfuerzo de corregir ciertas conductas heredadas al escribir?

Este es mi humilde aporte, relevado de algunas guías y textos que leí y que me parecen interesantes y simples de aplicar

Reemplazos posibles:

  • Los chicos / El grupo de jóvenes
  • Los niños / La infancia
  • Los ciudadanos / La ciudadanía
  • Los políticos / La clase política
  • El pueblo Argentino / La gente de Argentina
  • Los profesores / El profesorado o el personal docente
  • Los ancianos / Las personas mayores
  • Los alumnos / El alumnado
  • Los jóvenes podrán solicitar… / Los jóvenes, tanto chicos como chicas, podrán solicitar…
  • Muchas gracias a todos por venir… / Muchas gracias por venir
  • Los que están comprometidos…  / Quienes están comprometidos
  • Precisamos voluntarios para… / Necesitamos ayuda/colaboración para…
  • ¿Qué opinan nuestros oyentes? / ¿Qué opinan ustedes?
  • Cada uno es como es / Cada persona es como es
  • Todos los asistentes / La totalidad de asistentes

 

Y por último, cerramos con esta idea: el masculino como genérico insiste en identificar a la humanidad con el hombre, un concepto conocido como androcentrismo: “el hombre es la medida de todas las cosas”.

No se trata de “arruinar” el lenguaje, sino de adaptarlo, de a poquito y sin presiones, a los tiempos que corren.

¿Qué les parece? ¡Los leemos con mucha atención!