Soy redactora. Escribo. A eso me dedico. Hasta aquí, si me venís leyendo o siguiendo desde hace un tiempo, no hay novedad.
Algo que me caracteriza es que escribo sobre muchos temas. No soy una periodista ni una redactora de contenidos demasiado especializada; busco y me sumerjo en distintos proyectos. Es cierto que uno de los temas que más me apasiona es la sustentabilidad, pero también escribo para empresas que necesitan crear buenas comunicaciones.
En un mismo día, a veces paso por 2 o 3 industrias y genero contenidos totalmente distintos, buscando las mejores ideas y palabras para resolver los objetivos de comunicación de mis clientes.
En esa adrenalina de ideas y palabras, a veces, claro, me siento cansada, pierdo el foco y me enfrento al fantasma de la hoja en blanco. Es en esos momentos cuando me digo a mí misma: “¡Mariana, no te quedes sin palabras!” 😏 Y recurro a alguna actividad que me renueve la energía creativa.
La lectura es una de ellas. Por eso hoy quiero compartir un extracto de un libro de Sábato que este fin de semana fue mi bocanada de aire fresco:
“…no es ya el hombre concreto e individual, sino el hombre-masa, ese extraño ser con aspecto todavía humano, con ojos y llanto, voz y emociones, pero en verdad engranaje de una gigantesca maquinaria anónima. Este es el destino contradictorio de aquel semidiós renacentista que reivindicó su individualidad, que orgullosamente se levantó contra Dios, proclamando su voluntad de dominio y transformación de las cosas. Ignoraba que también él llegaría a transformarse en cosa.”
¿Qué te parece? ¿Desalentador, tal vez? A mí me deja un sabor agridulce: es dura la temática, pero está tan bien escrito que me motiva a seguir buscando mi mejor versión. Además, leer me ayuda a bajar revoluciones y a tomar fuerzas para continuar.
La motivación no tiene por qué ser una lectura «rosa» o excesivamente positivista. A veces, de lo cruel y lo duro también sacamos ideas, nos obligamos a pensar desde otro lugar. Resulta un desafío con grandes potencialidades. ¿No te parece?
Y a vos, ¿qué te ayuda a resetearte de vez en cuando?