A la hora de escribir, todos queremos ser eficientes y que nuestra audiencia lea hasta el final. Pero no es tan fácil lograrlo, ¿verdad? Para empezar a generar textos que realmente te acerquen a tus objetivos, tomá nota de las siguientes recomendaciones… ¡Vas a ver como empezás a recibir mayor feedback de tus comunicaciones!
1. ¡El título es el 80% de tu comunicación! Los redactores prestamos especial atención a los titulares porque ellos son el punto de entrada a tus textos. Por ese motivo son decisivos: o captás la atención y hacés que tu lector siga leyendo, o lo perdés para siempre porque seguirá de largo. Preciso, con intriga, sin frases hechas… así lograrás títulos efectivos. ¡Empezá a practicar!
2. Las oraciones largas aburren: cuando las oraciones tienen más de 2 o 3 renglones, empezamos a perder el hilo de lo que nos están contando. Por eso te recomendamos ser simple y sin vueltas. Y en los casos en que sientas que no podés acortar más, al menos alterná con frases cortas. Así podrás darle mayor fluidez al texto y mantendrás la atención de tu lector para que siga leyendo hasta el final. ¡Se trata de darle ritmo a la lectura!
3. ¡Ojo con los signos! Tanto las exclamaciones (¡!) como los signos de pregunta (¿?) y los elementos de puntuación (, – ; – . – …) orden y facilitan la lectura. Aunque la “moda” nos lleve a evitarlos o usarlos sin cuidado, en la práctica son tus mejores aliados para crear comprensión y hacer que te entiendan. Con los signos podrás generar, además, que se “escuche” tu voz y tu impronta personal, como si le estuvieras hablando a tu destinatario personalmente. ¡Hacete amigo de los signos!
4. Aunque sea tentador, bonito y hermosísimo… ¡Cuidado con el uso excesivo de los adjetivos! Si los usás mucho, probablemente generes lecturas que agobian y no digan nada. ¡Hacé la prueba y vas a notar la diferencia! ¡Menos es más! Elegí solo los adjetivos que aporten información.
5. ¿Usás conectores? Si tu respuesta es “¿Qué es eso?”, te los presentamos: “Entonces”, “Por eso”, “Además”, “Por otro lado”, “Siguiendo con el tema…” y todas las combinaciones que se te ocurran, ordenarán las ideas y evitarán los “choclos” de información que tanto cansan y espantan a tus lectores.
6. ¿Cuál es el objetivo de tu comunicación?: ¿que compren?, ¿que hagan clic en un enlace?, ¿que te dejen sus datos?, ¿que participen de un sorteo? ¡Dejalo en claro en la famosa “llamada a la acción” que debe estar siempre al final del texto!