Este año la Feria del Libro cumplió 40 años y en lo personal fue la edición que más disfruté. Tanto la recorrí (me tocó ir varias veces, no sólo por placer, sino por trabajo también), que además de repasar sus libros y editoriales, sumarme a sus charlas y sacarle el jugo a las actividades, también me hice un tiempito para descubrir el “lado B”, esos rincones marginales, pasillos angostos, ubicaciones al fondo y pequeñísimos stands que, aunque no los veamos a simple vista, conviven muy bien y se ganan una buena cantidad de curiosos visitantes.
Porque lo lindo de la feria es justamente eso, que sea una FERIA, un mercado, una fiesta, un punto de encuentro para mucha gente. Y como todo espacio que se comparte entre varios, se caracteriza por la convivencia de matices varios… o quizás de una estridente orquesta de colores. La Feria del libro es eso, una explosión de contenido visual que da para todo.
Desde los clásicos “mini libros”, esos que algunos se llevan a modo de souvenir (¿acaso los leerán? ¡No importa! ¡Si son tan bonitos!), hasta el stand para descubrir la historia de tu nombre por sólo $10, pasando en el medio por algunas editoriales esotéricas que, además de sus libros –¡claro!-, también ofrecen un surtido de productos aromáticos y corporales para acompañarnos “en el proceso de transformación interior”.
Pero lo lindo es que, si uno se anima y sigue avanzando por esos pasillos del fondo, de los más angostos, y no nos dejamos amedrentar por el calor humano ni por los roses de los cuerpos, más al fondo nos esperan aún más maravillas. Artesanías coloridas (¿regionales? ¿didácticas?, quién sabe…), títeres, instrumentos musicales, personajes de comics en miniaturas (porque los fanáticos quieren tocar a sus héroes, ¿no?), y como no podía faltar en ninguna feria, remeras estampadas con todo tipo de motivos. Recuerdos, en fin, para los que no lograron encontrar el libro que buscaban, pero igual quieren llevarse algo a casa.
Eso sí, de las biromes y bolsas que siempre nos llevamos gratis de todos los eventos masivos, ¡este año ni noticias! Economía de ahorro, o los recortes, que también llegaron al merchandising.
Lic. Mariana Brizi
Fundadora – De Contenido