Una emprendedora me hizo llegar una pregunta que creo que puede ser la duda de varios, por eso la comparto:
¿Qué pasa cuando soy multifacético y quiero usar las redes para hablar de mis distintos productos o servicios?
La consulta me llegó de parte de una profesora de danzas, que además de ofrecer sus clases, quería comunicar también su otro costado artístico, que es la actuación.
Creo que muchos emprendedores se sentirán identificados con esta sensación de “estar en la búsqueda”, de no tener bien definido aún su proyecto o su servicio.
Por eso, la mejor manera de responder es recordar el concepto de Branding personal: cuando creamos nuestras redes para hablar de nosotros mismos y no de una marca-empresa, somos nosotros nuestra propia marca personal.
Entonces lo que debemos definir es: nuestra personalidad, aquello que nos hace únicos y diferentes a cualquier otra persona del mismo segmento o rubro; nuestro aporte de valor, eso que diferencia a nuestra manera de hacer las cosas y que define el por qué alguien debería elegirnos; y finalmente nuestra intención al comunicar.
Esto último puede parecer obvio, pero no lo es. Cada emprendedor tiene un motivo por el cual difundirse a sí mismo, que puede ser: darse a conocer para ganar posicionamiento y reconocimiento online, convertirse en un “líder de opinión” en su temática, generar una comunidad activa para luego ofrecer asesoramiento o conseguir potenciales clientes y vender puntualmente algo, entre algunas otras razones…
Las preguntas que ya tenés que tener en mente son: ¿Por qué alguien debería seguirme?, ¿qué tengo yo para ofrecerle?, ¿qué solución vengo a aportar?, ¿qué tengo yo que no tengan otro profesional de mi sector?
Todas estas preguntan son centrales en el proceso de definición de tu identidad de marca personal, pero también son preguntas muy ricas porque te ayudarán a tener una idea más certera sobre quién es efectivamente tu comunidad.
Con este conocimiento de base estarás en condiciones de poder responder la pregunta inicial que nos trajo a esta nota:
¿hasta dónde puede llegar tu diversificación de productos y servicios?, ¿todas las cosas que querés ofrecer le interesan efectivamente a la gente que te sigue?, ¿todas esas “facetas” tuyas tienen que ver con el espíritu de marca personal que definiste al principio?
Si la respuesta es sí: ¡adelante entonces, a avanzar en la generación de contenidos!
Si la respuesta es no: será el momento de replantearnos si realmente necesitamos diversificarnos (y crear los distintos perfiles necesarios para comunicar cada uno de nuestros proyectos y facetas emprendedoras) o bien elegir profundizar uno de ellos y dedicarle a ese toda nuestra energía.
Te invito a ser realista: la multiplicación de facetas lleva trabajo, porque cada proyecto demandará su atención, su proceso de trabajo y su seguimiento. Para cada uno de ellos deberemos definir estrategias diferentes y responder todas las preguntas que planteamos al principio de la nota. Los emprendedores con frecuencia nos vemos tentados a explorar y experimentar, queremos diversificarnos y crecer. Pero hay que saber que eso conlleva un esfuerzo para que la idea inicial tenga continuidad y pueda crecer.
Estudiar cuidadosamente hacia a dónde vamos y qué queremos lograr nos permitirá ahorrar tiempo, esfuerzo y dinero.
¿Ya te hiciste todas o algunas de estas preguntas? ¡Te animo a hacerlo! Será una muy buena oportunidad para profundizar el autoconocimiento y desde ahí, activar tu potencial. Y nos encantaría poder ayudarte, así que si tenés alguna consulta puntal, no dudes en hacernos llegar tu consulta.