La cuarentena puso a prueba nuestra capacidad de reacción rápida: tuvimos que retrabajar, reformular y volver a orientar el foco de todos los contenidos que teníamos planificados… ¡casi de un día para el otro!
Muchos trabajamos pensando ideas a mediano plazo e incluso programamos contenidos con semanas de anticipación. Pero de pronto tuvimos que quedarnos en casa y los temas de agenda cambiaron, las promociones quedaron caducas y las acciones de marketing necesitaban nuevo rumbo.
¡Qué hacemos!
Pasamos por muchos estadios. Al principio fue el “¡paren las rotativas!”, “bajemos YA todo lo que está programado”. Tenemos que informarle al cliente lo importante: ¿seguimos atendiendo al público?, ¿dónde y cómo pueden encontrarnos ahora?, ¿y los que ya nos habían hecho pedidos?
¡Calma!… nos fuimos ordenando, acomodándonos en casa con que querido homeoffice repentino y, entonces sí, llegó el momento de subirnos al #yomequedoencasa #noscuidamosentretodos, y fuimos creando los más valiosos mensajes de concientización, esperanza y energía positiva.
¿Y ahora qué?
Ahora pasa que el #covid-19 ya nos agobió demasiado, queremos informarnos pero estamos demasiado aburridos de ver y escuchar siempre lo mismos. Queremos empezar a evitar los temas recurrentes, porque la sobreinformación es desinformación, pero también sabemos que aún estamos en plena cuarentena, sin perspectivas cercanas de volver a la normalidad al 100%. Queremos empezar a hablar con un tono más positivo y relajado… pero existe una buena dosis de preocupación muy a flor de piel en nuestros clientes, proveedores y aliados.
Entonces una buena estrategia para activar hoy es la que podríamos llamar: un poco y un poco. Se trata de empezar a abrir nuestras comunicaciones y empezar a variar pensando en ideas paulatinas como estas:
- ¡Mostrate en acción! Mensajes que cuenten cómo la empresa enfrenta el contexto, nuevas estrategias, nuevos productos, servicios, modalidades de atención al cliente, etc.
- Sé fuente de motivación: hoy más que nunca necesitamos conocer casos de éxito, buenas prácticas, fuentes de inspiración, reflexiones que hayan salido de una reunión de equipo por zoom… ¡no busques frases trilladas, las ideas más ricas para tu comunidad son las que salgan de adentro de tu propia gente, de tus experiencias del día a día!
- Compartí recursos de valor: si podés obsequiar algo, abrir la posibilidad de descarga gratis de algún material, compartir una idea que le sirva a tu comunidad para hacer en casa, brindar una oferta especial para los que más la necesitan, o simplemente una idea para mejorar la rutina en cuarententa… ¡todo aporte se convertirá en un gran gesto para quienes te siguen y confían en tu marca!
- Ofrecé seguridad y respaldo: en tiempos de incertidumbres, todos miramos al futuro y nos asustamos. Por eso, dentro de las posibilidades de tu negocio, está bueno impulsar comunicaciones que tranquilicen a los que siempre te eligen, que muestren que tenés solidez y respaldo para seguir trabajando como siempre. Que sepan que pueden seguir confiando en tu empresa. Apelar a la calma siempre es una buena idea.
Estas son solo unas ideas y no pretenden ser un manual exhaustivo, pero si de a poco empezás a plasmar en tus contenidos este surtido de recursos en contexto, seguramente tus comunicaciones logren mejor llegada y se ganen un espacio en el corazón la mente de tu comunidad preocupada, agobiada y expectante en medio de esta crisis.
¡Te deseamos lo mejor! y a seguir comunicando sin perder el optimismo y la empatía, siempre.
(¡Ah! La foto no tiene nada que ver con nada, pero me transporta a momentos en los que podía salir a dar una vuelta 😉