En la oralidad muchas veces utilizamos expresiones incorrectas que, sin embargo, no generan grandes conflictos ni malentendidos, porque están totalmente “asumidas” en el ámbito coloquial.
Sin embargo, si las mismas expresiones las pusiéramos por por escrito, seguramente generaría un “ruido” en la comunicación.
Creemos que vale la pena repasar y tener en cuenta, a la hora de preparar un discurso, ponencia o conferencia, algunas propiedades de la Oralidad; y en el próximo post compararlas con las propiedades de un buen contenido escrito. ¿qué te parece?

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LA ORALIDAD
1. Es la primera manifestación humana.
2. El mensaje se codifica haciendo uso de las cualidades físicas del sonido: timbre, tono, intensidad y cantidad.
3. Es de mayor uso, práctica y frecuencia que la escritura.
4. Tiene un número limitado de receptores.
5. Permite una modificación inmediata del mensaje y está sujeta a interrupciones.
6. Debido generalmente a la presencia del interlocutor, permite una interacción continua y un proceso permanente de feed back: un simple gesto del interlocutor, por ejemplo, le puede indicar al hablante que debe replantear lo que está diciendo.
7. El mensaje se refuerza con recursos adicionales como pausas, cambios de ritmo, de entonación, de tono. La información se complementa con gestos, ademanes, movimientos (códigos extralingüísticos).
8. No demanda una esmerada organización gramatical.
9. Es menos refinada, más espontánea y más descuidada que la escritura; esto conlleva a que los errores cometidos durante su emisión posean poca censura social.
10. Es más dinámica e innovadora que la escritura, debido a que facilita el uso de palabras nuevas (neologismos) y de expresiones coloquiales.

(Punteo tomado del ensayo «Oralidad y escritura», de Carlos Alberto Rincón Castellanos)