Durante estos últimos meses recorrimos varias ferias en las que participaron nuestros clientes, y en cada ocasión surgió la misma pregunta: ¿Para qué nos sirve estar aquí presentes?
Los costos de participar en un evento de este tipo son elevados: alquiler del stand, folletería, diseño del espacio, promoción, difusión del evento y una gran lista de ítems a tener en cuenta. Por eso, a la hora de volcar tanta energía, disponibilidad de tiempo y dinero al servicio de una feria empresarial, conviene – antes – hacerse algunas preguntas:
- Objetivo: ¿Queremos aumentar las ventas o incrementar el posicionamiento y visibilidad en el mercado? Si el objetivo son las ventas, pensemos:
– ¿Estamos seguros que el target que asistirá al evento es de nuestro interés?
– ¿Es posible convertir a los visitantes de nuestro stand en potenciales clientes?
– ¿Qué necesito para eficientizar mi presencia en el evento? (Personal capacitado, folletería o algún atractivo visual e interactivo para destacarme de la competencia).
- Si mi objetivo es el posicionamiento:
- ¿Qué diferencial aportará mi empresa en la feria?
- ¿Qué personal calificado estará disponible en el stand para brindar soporte y servicio a los asistentes?
- Inversión Vs. rentabilidad: Si ya participaste en eventos anteriores o similares, ¿Alguna vez pensaste en la ecuación costo – beneficio?
- Post eventos: Con todos los datos recolectados en la feria, ¿Qué planes tenés de cara al futuro?, ¿Cómo contactarás a esas personas?, ¿Qué acciones de comunicación emprenderás post-evento?
Una vez que te hayas respondido todas estas preguntas, y que sigas pensando que una feria te puede aportar lo que estás buscando, ¡entonces es hora de avanzar!